Ibrahimovic resucita al Barça
El FC Barcelona recibió este miércoles una de las noticias que más estaba esperando. Zlatan Ibrahimovic está de vuelta. El delantero sueco abrió el camino del triunfo para los azulgranas en su complicado pulso con un Osasuna que plantó cara hasta el último cuarto de hora.
Ibrahimovic apareció cuando más se le necesitaba, cuando peor lo estaba pasando un Barça que no veía puerta, y que empezaba a temer por el triunfo. Su gol en el 72' fue el merecido premio a un goleador al que la suerte le estaba dando la espalda en este 2010. Por fin pudo desquitarse a lo grande. Bojan puso la guinda sellando el 2-0 a dos minutos del final.
Pep Guardiola no hizo la más mínima concesión a pesar de que el partido debía a ser, a priori, uno de los menos complicados que le esperan al Barça en este intenso final de temporada. Y la mejor prueba de ello fue su decisión de alinear a Leo Messi. El técnico barcelonista no dio descanso a su estrella, y lo alineó de inicio a pesar de que en las próximas semanas llegarán duelos tan decisivos como la eliminatoria de Champions ante el Arsenal -31 de mayo y 6 de abril- o el derby liguero ante el Madrid, el 10 de abril.
El Barça contó en el césped con el mejor futbolista del planeta, el hombre que, con su juego estratosférico, ha agotado todos los adjetivos para definirle: Leo Messi. Diez goles en los cuatro anteriores partidos, 25 en lo que va de Liga, una exhibición gloriosa ante Zaragoza... pero, aún con él, a los azulgrana les costó un mundo doblegar a un Osasuna que vendió muy cara su piel.
Tal vez fuera el cansancio, o bien los cambios tácticos realizados por Guardiola para sorprender a su rival, pero el Barça de la primera mitad no se pareció en nada al maravilloso equipo que suele deleitar, semana sí, semana también, a todos los amantes del buen fútbol. Los azulgrana salieron descentrados. Sin Xavi ni Piqué, lesionado, sus pérdidas de balón y sus imprecisiones en defensa estuvieron a punto de costarle un disgusto nada más comenzar. Valdés, a los cuatro minutos, tuvo que salir a los pies de Vadocz para evitar el 0-1 en un contragolpe navarro.
El bagaje ofensivo del Barça en este período se redujo a un lanzamiento de falta de Messi que salió rozando el poste (13'); un trallazo de Henry que desbarató Ricardo (15'); y una volea de Ibrahimovic que desvió por pelos Josetxo (35'). Demasiado poco para lo que suele tenernos acostumbrado este equipo campeón de todo.
El gigante estaba dormido, pero despertó en la reanudación. El Barça de la segunda parte no tuvo nada que ver con el de la primera. Y su resurrección coincidió con la de uno de los futbolistas que peor lo había pasado en las últimas semanas: Zlatan Ibrahimovic. El sueco pudo desquitarse al fin de su falta de acierto en este 2010 con un gol que vale un potosí.
Mucho más vivo, rápido y combinativo, y en cuanto Iniesta entró en acción, el Barça empezó a asediar muy en serio el marco navarro: Messi (52') y Touré (58') no llegaron por centímetros a sendos remates a bocajarro. Y en el 70', Ricardo desvió un cabezazo de Keita.
El gol se hacía esperar, y una amarilla a Daniel Alves hizo aflorar los cantos de 'villarato, villarato' en la afición. El Camp Nou empezaba a ponerse nervioso con el 0-0... hasta que Zlatan Ibrahimovic, en el 72', desató la euforia colectiva. El sueco remachó a puerta vacía en el área pequeña un centro de Maxwell, tras una buena combinación con Iniesta.
El FC Barcelona recibió este miércoles una de las noticias que más estaba esperando. Zlatan Ibrahimovic está de vuelta. El delantero sueco abrió el camino del triunfo para los azulgranas en su complicado pulso con un Osasuna que plantó cara hasta el último cuarto de hora.
Ibrahimovic apareció cuando más se le necesitaba, cuando peor lo estaba pasando un Barça que no veía puerta, y que empezaba a temer por el triunfo. Su gol en el 72' fue el merecido premio a un goleador al que la suerte le estaba dando la espalda en este 2010. Por fin pudo desquitarse a lo grande. Bojan puso la guinda sellando el 2-0 a dos minutos del final.
Pep Guardiola no hizo la más mínima concesión a pesar de que el partido debía a ser, a priori, uno de los menos complicados que le esperan al Barça en este intenso final de temporada. Y la mejor prueba de ello fue su decisión de alinear a Leo Messi. El técnico barcelonista no dio descanso a su estrella, y lo alineó de inicio a pesar de que en las próximas semanas llegarán duelos tan decisivos como la eliminatoria de Champions ante el Arsenal -31 de mayo y 6 de abril- o el derby liguero ante el Madrid, el 10 de abril.
El Barça contó en el césped con el mejor futbolista del planeta, el hombre que, con su juego estratosférico, ha agotado todos los adjetivos para definirle: Leo Messi. Diez goles en los cuatro anteriores partidos, 25 en lo que va de Liga, una exhibición gloriosa ante Zaragoza... pero, aún con él, a los azulgrana les costó un mundo doblegar a un Osasuna que vendió muy cara su piel.
Tal vez fuera el cansancio, o bien los cambios tácticos realizados por Guardiola para sorprender a su rival, pero el Barça de la primera mitad no se pareció en nada al maravilloso equipo que suele deleitar, semana sí, semana también, a todos los amantes del buen fútbol. Los azulgrana salieron descentrados. Sin Xavi ni Piqué, lesionado, sus pérdidas de balón y sus imprecisiones en defensa estuvieron a punto de costarle un disgusto nada más comenzar. Valdés, a los cuatro minutos, tuvo que salir a los pies de Vadocz para evitar el 0-1 en un contragolpe navarro.
El bagaje ofensivo del Barça en este período se redujo a un lanzamiento de falta de Messi que salió rozando el poste (13'); un trallazo de Henry que desbarató Ricardo (15'); y una volea de Ibrahimovic que desvió por pelos Josetxo (35'). Demasiado poco para lo que suele tenernos acostumbrado este equipo campeón de todo.
El gigante estaba dormido, pero despertó en la reanudación. El Barça de la segunda parte no tuvo nada que ver con el de la primera. Y su resurrección coincidió con la de uno de los futbolistas que peor lo había pasado en las últimas semanas: Zlatan Ibrahimovic. El sueco pudo desquitarse al fin de su falta de acierto en este 2010 con un gol que vale un potosí.
Mucho más vivo, rápido y combinativo, y en cuanto Iniesta entró en acción, el Barça empezó a asediar muy en serio el marco navarro: Messi (52') y Touré (58') no llegaron por centímetros a sendos remates a bocajarro. Y en el 70', Ricardo desvió un cabezazo de Keita.
El gol se hacía esperar, y una amarilla a Daniel Alves hizo aflorar los cantos de 'villarato, villarato' en la afición. El Camp Nou empezaba a ponerse nervioso con el 0-0... hasta que Zlatan Ibrahimovic, en el 72', desató la euforia colectiva. El sueco remachó a puerta vacía en el área pequeña un centro de Maxwell, tras una buena combinación con Iniesta.