El fichaje estrellado: Denilson
El presidente del Betis, Manuel Ruiz de Lopera, invirtió una elevada cantidad económica en un jugador que nunca pasó de promesa...
Corría el verano de 1998 cuando el presidente del Real Betis, Manuel Ruiz de Lopera, pagaba 5.000 millones de las antiguas pesetas por una joven estrella brasileña, de apenas 20 años: Denilson de Oliveira Araújo. Con su contratación, el máximo mandatario bético cerraba la incorporación más cara de la historia, hasta ese instante, y dejaba con dos palmos de narices al Barcelona, que también había negociado por aquella joven estrella del Sao Paulo. En el club brasileño ingresó Denilson en 1995 y hasta su llegada a Sevilla había deslumbrado allí con regates imposibles y una facilidad para el desborde que encandiló a Ruiz de Lopera.
Tan entusiasmado quedó el mandatario con Denilson que al contratarlo pensó en hacer girar todo el proyecto verdiblanco alrededor de un jugador que, lamentablemente, olvidó en Brasil su fútbol maravilla. El caso es que ninguna de las cualidades de las que había hecho gala en el Sao Paulo hicieron acto de presencia en un Betis en el que ni deslumbró con su técnica ni con su puntería.
De él se recuerdan sus infructuosas subidas por la banda izquierda o aquellos insulsos regates que de poco servían para crear el peligro que necesitaba el Betis. A diferencia de otros casos, Denilson no pedió la titularidad por su bajo rendimiento y cuantos más minutos disputaba más claro dejaba que no pasaría de eterna promesa ni en el Betis ni en ningún otro club.
Visto el panorama, decidió el club andaluz cederle a su país para ver si, allí, se reencontraba con el fútbol perdido pero no hubo fortuna. Sus días en el Flamengo fueron tan grises como los vividos en un Betis que le recuperaba en la temporada 2000/01, campaña en la que el cuadro verdiblanco, tal y como sucede en la actualidad, se encontraba en Segunda División. Con él en las filas del cuadro bético logró el Betis volver a la máxima categoría si bien el ascenso no llegó porque fuera él, precisamente, quién se echara el equipo a la espalda.
Ya en Primera, Denilson continuó en el Betis hasta el verano de 2005, cuando tras tres lesiones de rodilla y un papel cada vez menos determinante, tomó rumbo a Francia para enrolarse en las filas del Girondins de Burdeos. En el cuadro francés tampoco cuajó y a partir de este instante empezó su peregrinaje por Arabia Saudí (Al-Nasr), Estados Unidos (FC Dallas), Brasil (Palmeiras y Itumbiara), Vietnam (Xi Mang Hai Phong) y Grecia, donde milita en la actualidad defendiendo los colores del AO Kavala.
El presidente del Betis, Manuel Ruiz de Lopera, invirtió una elevada cantidad económica en un jugador que nunca pasó de promesa...
Corría el verano de 1998 cuando el presidente del Real Betis, Manuel Ruiz de Lopera, pagaba 5.000 millones de las antiguas pesetas por una joven estrella brasileña, de apenas 20 años: Denilson de Oliveira Araújo. Con su contratación, el máximo mandatario bético cerraba la incorporación más cara de la historia, hasta ese instante, y dejaba con dos palmos de narices al Barcelona, que también había negociado por aquella joven estrella del Sao Paulo. En el club brasileño ingresó Denilson en 1995 y hasta su llegada a Sevilla había deslumbrado allí con regates imposibles y una facilidad para el desborde que encandiló a Ruiz de Lopera.
Tan entusiasmado quedó el mandatario con Denilson que al contratarlo pensó en hacer girar todo el proyecto verdiblanco alrededor de un jugador que, lamentablemente, olvidó en Brasil su fútbol maravilla. El caso es que ninguna de las cualidades de las que había hecho gala en el Sao Paulo hicieron acto de presencia en un Betis en el que ni deslumbró con su técnica ni con su puntería.
De él se recuerdan sus infructuosas subidas por la banda izquierda o aquellos insulsos regates que de poco servían para crear el peligro que necesitaba el Betis. A diferencia de otros casos, Denilson no pedió la titularidad por su bajo rendimiento y cuantos más minutos disputaba más claro dejaba que no pasaría de eterna promesa ni en el Betis ni en ningún otro club.
Visto el panorama, decidió el club andaluz cederle a su país para ver si, allí, se reencontraba con el fútbol perdido pero no hubo fortuna. Sus días en el Flamengo fueron tan grises como los vividos en un Betis que le recuperaba en la temporada 2000/01, campaña en la que el cuadro verdiblanco, tal y como sucede en la actualidad, se encontraba en Segunda División. Con él en las filas del cuadro bético logró el Betis volver a la máxima categoría si bien el ascenso no llegó porque fuera él, precisamente, quién se echara el equipo a la espalda.
Ya en Primera, Denilson continuó en el Betis hasta el verano de 2005, cuando tras tres lesiones de rodilla y un papel cada vez menos determinante, tomó rumbo a Francia para enrolarse en las filas del Girondins de Burdeos. En el cuadro francés tampoco cuajó y a partir de este instante empezó su peregrinaje por Arabia Saudí (Al-Nasr), Estados Unidos (FC Dallas), Brasil (Palmeiras y Itumbiara), Vietnam (Xi Mang Hai Phong) y Grecia, donde milita en la actualidad defendiendo los colores del AO Kavala.